sábado, 23 de febrero de 2013

Capítulo 5.

CAPÍTULO 5.

Hola amores <3 Este capítulo se lo quiero dedicar a Nora, una gran persona y amiga, y además ¡el otro día nos contestó nuestra autora favorita, asdfghjklñ! Nora, ya sabes que me alegras con tus comentarios :3 Bueno, espero que os guste el capítulo y que lo disfrutéis. MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LAS 460 VISITAS Y POR HABER VOTADO EN LA ENCUESTA. Todavía podéis seguir votando ;) Espero vuestros comentarios, LOVELOVELOVE.


(Narra Liam)

-¿Mark?-dije sorprendido. A la vez que él se giraba y me miraba con una expresión de sorpresa en su rostro.
-¿Liam? Vaya, casi ni te reconozco.-dijo a la vez que se reía y yo me acercaba a darle un abrazo.
-Mira quién fue a hablar. Ya ni pareces tú.-le respondí sonriendo. – Todavía no me lo puedo creer, ¡hace años que no te veo!
-La verdad es que sí, desde que te convertiste en una super estrella ya no nos hemos vuelto a ver. ¿No se te habrá subido la fama a la cabeza, no?-dijo sonriendo y dándome un pequeño codazo amistoso. Me reí ante su comentario.
-Bueno, intento que eso no pase. Todavía sigo siendo aquel chico que te ganaba siempre.-le respondí a la vez que devolvía el codazo.- Y bueno, ¿qué tal estás? ¿Y las chicas y tus padres?
-Todos bien, la verdad. Brittany está terminando bachillerato, y Carla y yo lo acabamos de empezar. Es difícil, pero lo llevamos bien.-dijo a la vez que me guiñaba un ojo.- ¿Y qué tal están tus padres, Karen y Geoff?¿Y Nicola y Ruth?
-También estamos todos bien.-En ese momento apreció una señora algo mayor detrás de Mark, la reconocí. Era su abuela.- Buenos días, señora Connelly.-la dije mostrándola mi mejor sonrisa. Esa mujer me conocía prácticamente desde que nací.
-¡Liam! ¿Qué tal estás, cielo?-me respondió sonriéndose y acercándose a darme un abrazo.
-Muy bien, señora Connelly. ¿Y usted qué tal está? ¿Y el señor Connelly?
-Liam, ya te he dicho cientos de veces que puedes llamarme Meg. Pues mira, mi marido está allí.-dijo a la vez que señalaba con el dedo a un hombre mayor con el pelo canoso que en ese instante nos miraba y sonreía mientras se acercaba hasta donde estábamos.
-Liam, ya estás hecho todo un hombre.-me dijo a la vez que me estrechaba la mano.- ¿Has venido tú solo a comprar?
-Y usted está cada día mejor, señor Connelly.-le respondí con una gran sonrisa.-La verdad es que no. He venido con Adam y con Danielle. Mire, por allí vienen.-señalé con el dedo a un chico moreno muy alto, Adam, que iba charlando con mi novia.
Cuando se acercaron, les presenté a Danielle, a la que saludaron de forma amable y cariñosa, y acto seguido saludaron a Adam, pero a él ya le conocían de sobra.
-Vaya Liam, has escogido bien a tu novia, ¿eh? Siempre fuiste un chico inteligente.-me dijo la señora Connelly para después dirigirse a Danielle.- Eres encantadora, cariño. Y ten por seguro que ya eres una más de la familia.
-Muchísimas gracias, señora Connelly.-la respondió tímidamente Danielle.
Estuvimos un rato hablando, poniéndonos al corriente de todo, hasta que fue hora de marcharnos. Hacía mucho tiempo que no veía a Brittany y a Carla, así que quedé en pasarme con Danielle y con Adam por su casa el día del aniversario de Ethan y Megan.

(Narra Brittany)

-Muchas gracias.-le respondí al vendedor de la tienda mientras que guardaba mi monedero  y cogía la bolsa con los adornos.
La mañana  se me había pasado rápida entre tienda y tienda. Creo que podía haber pasado como a unas veinte buscando los adornos necesarios, pero por fin los tenía. Saqué el móvil de mi bolsillo y miré la hora. Eran las cinco menos diez. Me disponía a dirigirme a la parada de autobús cuando, de pronto, atisbé la fachada de un pequeño local. Me planté frente a la puerta y leí el cartel en el que ponía el nombre del establecimiento, Bloom’s. Vaya, hacía tanto tiempo que no pasaba a él. Todavía podía recordar el olor a donuts, el tacto de los sillones de cuero, los batidos tan deliciosos que preparaban,… todas esas tardes que había pasado allí dentro habían sido especiales, únicas. Había ido allí con Mark, con Carla, con Abbi, con Liam, con Adam… “Mierda, Brittany, descarta tu último pensamiento. Se supone que ya lo habías olvidado.” pensé. Pero en verdad, sólo me estaba engañando a mí misma. Por supuesto que no había olvidado a Adam, ¿cómo iba a hacerlo? Decidí entrar en el establecimiento y dejar de pensar en él, no me venía bien hacerlo. Nada más entrar, todos los buenos recuerdos me vinieron de golpe, pero también los malos. Visualicé una mesa vacía al fondo, cerca de un gran ventanal. Desde allí se podía ver perfectamente a todas las personas que pasaban por Trafalgar Square. Ni siquiera me molesté un abrir el menú. Sabía perfectamente lo que iba a pedir.
Pasaron unos minutos y se acercó a mí una chica castaña, alta y delgada que vestía un delantal de colores y que sostenía sobre su mano una libreta para apuntar los pedidos.
-Buenas tardes, señorita. ¿Qué va a pedir?-me dijo con una voz que al instante reconocí.
-¡Sol! Ay madre, ¡cuánto tiempo!-la respondí mientras que me incorporaba para darla un abrazo y dos besos.
-¡Brittany! ¡No te había reconocido! Chica, estás guapísima. ¿Qué haces por aquí?-dijo a la vez que me correspondía al abrazo y vi como sus ojos verdes me miraban con una mezcla de cariño y alegría.
-Anda tonta, tú sí que estás preciosa.-nos reímos las dos y nos sentamos una en frente de la otra.-Ya sabes, visita familiar. ¿Y tú qué tal? No sé nada de ti desde que os mudasteis. Echo muchísimo de menos a mi compañera de clases.
-Estamos todos genial. Mi padre fue ascendido, y ahora mi hermana y yo estudiamos en un instituto de aquí, de Londres. ¿Te puedes creer que estoy estudiando diseño?-me dijo mientras me dedicaba una sonrisa llena de alegría.
-Ay, ¡enhorabuena! Me alegro un montón de que estés cumpliendo tu sueño, ya sabes que te lo merecías.
Estuvimos como dos horas sentadas la una frente a la otra contándonos todo lo que nos había pasado en estos años que habíamos pasado separadas. Nos bebimos dos batidos por los viejos tiempos, intercambiamos nuestros teléfonos, y quedamos en volver a vernos otro día.
Cuando salí de la cafetería, las luces de las farolas ya estaban encendidas. Rápidamente, me dirigí hacia la parada de autobuses que quedaba cerca de allí. En veinte minutos ya me encontraba en el salón de casa de mis abuelos viendo una película con Mark.

(Narra Louis)

Me gustaba el silencio nocturno de Londres, así podía pensar mejor. Eran las ocho y media de la tarde y me encontraba dando un paseo por Trafalgar Square. Por suerte, de momento no me había reconocido nadie y no estaba siendo acosado por cientos de periodistas. No sé porqué había decidido venir aquí. Supongo que algo dentro de mí me incitó a hacerlo, pero todavía no sabía el qué.
Decidí comprarme un pequeño termo con chocolate caliente y una caja con galletitas en un puesto ambulante que estaba abierto. Divisé, a unos metros de mí, un banco que estaba solo. Me dirigí hacia él y me senté dejando el termo con el chocolate a un lado para poder abrir la caja de galletas.
Unos lo llamarán ‘suerte’, otros ‘casualidad’, pero yo pensé en llamarlo ‘el destino’ cuando dirigí mi mirada hacia una pequeña cafetería en dónde se podía ver a una chica limpiando hábilmente con un trapo las mesas de dentro. Pero no era una chica cualquiera, sino la chica que había estado ocupando mi cabeza desde que la había visto en la firma de discos.
En ese momento, la chica levantó su mirada y la dirigió hasta donde yo estaba situado, a unos metros de la cafetería. Pareció reconocerme y, al verme allí, una sonrisa se extendió en su cara, contagiándomela a mí. Levanté la caja de galletitas a modo de invitación y ella asintió indicándome con la mano que pasase a la cafetería.





sábado, 16 de febrero de 2013

Capítulo 4.


CAPÍTULO 4.

Hola readers (: ¿Qué tal estáis? Lo primero, pedir perdón por haber tardado tanto en subir, pero entre exámenes y trabajos no he tenido tiempo. Lo segundo, quería daros las gracias de todo corazón por los comentarios que he recibido, no sabéis las sonrisas que me habéis sacado al leerlos (': Seguid comentando, plz. Y también las gracias porque ya he tenido más de 200 visitas, y eso me hace feliz. Lo tercero y último, he puesto una encuesta a la derecha y me encantaría que votaseis, pliiis. Si queréis que os avise: @IreneDirection3 y @ourlastkiss_ PD.: Lectores fantasmas, MANIFESTAROS. Bueno, espero que disfrutéis y que os guste. LOVELOVELOVE <3.



(Narra Brittany)

Eran las cuatro y media de la tarde, y mi madre nos había reunido en la cocina a mi padre, a Mark, a Carla y a mí para poder explicarnos qué teníamos que hacer cada uno para el aniversario de mis abuelos, que sería dentro de dos días. A mí me había tocado la decoración, cosa que me agradaba mucho ya que me encantaba poder redecorar el salón y llenarlo de coloridos adornos.
-¿Entonces todo el mundo sabe lo que tiene que hacer?- nos preguntó mi madre mirándonos seriamente, a lo que fuimos asintiendo lentamente.-Está bien, vamos a ello.
Cogí las llaves de casa y las metí en mi bolso. Antes de salir por la puerta, me volví a mirar al espejo. Llevaba un conjunto casual y cómodo, perfecto para una tarde de compras. Nada más salir de la casa, me dirigí hacia la parada de autobús más cercana. Tardé como unos quince minutos en llegar al centro de Londres. Estaba abarrotado de gente, algo normal en esta capital. Había muchísimas calles con demasiadas tiendas. Esta iba a ser una tarde muy larga.

(Narra Mark)

Cómo no, a mí me tocaba distraer a los abuelos para que no se enterasen de la fiesta, así que decidí llevarlos al supermercado más cercano. Sí, yo y mis ideas brillantes.
El supermercado era muy grande, y había mucha comida que comprar así que esto nos iba a llevar un rato largo. Estábamos en la sección de dulces cuando, de pronto, vi un bollito pequeño recubierto de chocolate y con forma de estrella. Eran los preferidos de Abbigail. Abbi… sinceramente la echaba muchísimo de menos. Nos habíamos conocido cuando teníamos siete años. Discutíamos todo lo que queríamos y más, estábamos todo el día peleándonos, pero tampoco parábamos de reír juntos. Ella era mi mejor amiga, y yo el suyo. Parecerá ñoño, pero hasta la regalé un colgante el primer año que nos conocimos. Era un pequeño corazón en el que ponía ‘Abbi y Mark’, siempre lo llevaba consigo. Todas las veces que veníamos a Londres, ella me estaba esperando con una sonrisa, era adorable.
-¿Mark, cielo, me estás escuchando?-dijo mi abuela mientras que me sacaba de mis pensamientos. Parece ser que me había estado diciendo algo.
-Perdona abuela, estaba en mi mundo.-la respondí con una sonrisa un poco tímida.
-Te estaba diciendo que había pensado en invitar a la señora Jenkins y a su nieta Abbi el día de nuestro aniversario, ¿qué te parece?-espera, ¿¡MI ABUELA ACABA DE DECIR QUE VA A INVITAR A ABBI!?
-¿Q-Qué?-conseguí decir por fin cuando recobré el aliento.- ¿Abbi?
-Sí Mark, Abbi. ¿Qué te pasa hoy? Estás poco receptivo, eh.-dijo a la vez que reía levemente.
-Lo sé, últimamente no sé qué me pasa.- mentira, claro que sabía qué me pasaba. Todo se resumía en un nombre: Abbi.
-Bueno, mientras que no empeores.- yo tampoco pude evitar reírme ante su comentario.- El otro día se pasó por mi casa y le estuve comentando que venías. Parecía contenta y me dijo que tenía muchísimas ganas de verte.- Oh Dios mío, creo que me va a dar algo. ¿¡Tiene ganas de verme!?- La verdad es que ahora es toda una señorita, ha cambiado mucho. Ahora está muchísimo más guapa, ya verás.
No podía para de sonreír, todavía no me lo podía creer. Terminamos de comprar, y nos dirigíamos hacia la caja dispuestos a pagar. Estábamos esperando en la cola cuándo oí a alguien a mi espalda que decía mi nombre.

(Narra Carla)

La tarta había quedado preciosa. Habían hecho un trabajo excelente los pasteleros, decorando un pastel de dos pisos con los nombres de mis abuelos: Ethan y Megan. Ahora tenía que procurar que llegase sana y salva hasta donde tenía aparcado el coche, a unas manzanas de distancia.
Estaba esperando tranquilamente a que el semáforo se pusiese en verde, cuando un grupo de cinco chicas que tendrían mi edad se paró a mi lado, esperando para cruzar. Se las veía nerviosas, y no dejaban que hablar rápidamente, apenas pude comprender lo que decían, hasta que una de ellas decidió tomar el mando de la conversación.
-Veamos chicas, según la revista, se supone que Harry Styles tiene que estar por aquí, así que mantener los ojos bien abiertos y no perdáis de vista a ninguno que os parezca que puede ser él.- dijo la chica mientras que las otras asentían.
Vaya, así que Harry por aquí. Ojalá me lo encontrase, la verdad es que sería un sueño, ya que llevo enamorada de él desde que se presentó para las pruebas de Factor X. Como ya podréis haber adivinado, soy directioner. Los adoro, y son una parte importante de mí.
El semáforo se puso en verde y continué caminado. Llegué hasta un parque enorme que tenía que cruzar para poder llegar a mi coche. Iba admirando el paisaje tranquilamente cuando, sin darme cuenta, me encontré tirada entre los arbustos con un chico encima. Mi primera reacción, como es normal, fue la de gritar, pero el chico me calló tapándome la boca con su mano.
-Por favor, te lo suplico, no chilles. Sólo será un segundo, por favor no grites ni hables ni te muevas, por favor.-me susurró con una voz inglesa. Era ronca y al instante en mi cerebro algo hizo ‘clic’ y me obligó a permanecer tal y como aquel extraño quiso.
Me fijé más detenidamente en él. Parecía agitado, como si acabase de estar corriendo varios kilómetros. Llevaba un gorro naranja y un abrigo azul oscuro. No lo hubiese reconocido sino hubiese sido por sus ojos verdes y por un rizo que asomaba bajo su gorro.