CAPÍTULO 2.
Hola peopleeeeee. Espero que disfrutéis con este capítulo. Sé que de momento no es nada interesante y eso, pero espero que dentro de poco empiece a serlo. Comentad, plz. LOVE <3.
(Narra Brittany)
Volví a mirar por quinta vez el reloj. Eran las 8:30 de la
mañana, pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño, así que decidí
levantarme de la cama y ponerme una sudadera mientras que escuchaba unos ruidos
procedentes de la cocina. Llegué a ella y me encontré allí con mi hermano,
rebuscando entre los armarios lo que parecía ser una taza para poder desayunar.
Parecía mentira que llevase viniendo aquí
diecisiete años y todavía no supiese dónde estaban las cosas. Me acerqué
a un armario, lo abrí y saqué de él dos tazas, una para cada uno.
-Muchas gracias, hermanita, pero ya las podía haber
encontrado yo solo.- dijo a la vez que se acercaba a la nevera y cogía una caja
de leche.
-Anda, no seas mentiroso Mark, o vas a ser como Pinocho.- le
respondí a la vez que le revolvía cariñosamente el pelo y nos reíamos.
Preparamos el desayuno y nos sentamos en una pequeña mesa
que tenía dos sillas.
-¿Tú tampoco podías dormir?- le pregunté mientras mojaba mi
bollito de chocolate en la leche caliente.
-No, tenía demasiadas cosas en la cabeza.-dijo a la vez que
apartaba la mirada.
-¿Todo esto es por Abbi?-mi hermano era como un libro
abierto, así que era fácil pillarle enseguida.
-Sí, no sé qué va a pasar si me la encuentro. ¿Crees que se
acordará de mí?-se le notaba triste. Había estado enamorado de Abbigail, la
vecina de mis abuelos, desde los quince, pero nunca habían pasado de un simple
abrazo o un beso en la mejilla. Los dos se gustaban, pero parecía que ninguno
estaba dispuesto a dar el primer paso.
-Mark, ¿cómo no se va a acordar de ti? Una nunca se olvida
del chico del que está enamorada.-le dije intentando que sonriese, cosa que
conseguí.
-Eso espero. Y a ti, -dijo a la vez que me señalaba
amenazante con una magdalena- también habrá que buscarte un novio. Uno que
consiga que sonrías más a menudo y que te quite esa vergüenza que llevas
encima.
-Bueno, ya veremos.-le respondí dando por zanjado el tema.
Terminamos de desayunar hablando y riéndonos por cualquier
tontería. Nos reíamos tan fuerte algunas veces que conseguimos que, al final,
todos acabasen despertándose.
(Narra Paula)
“Bien Paula, ¿ahora qué piensas hacer?” Era obvio que no
contaba con que el vuelo tuviese problemas con el tiempo, y que tuviésemos que
hacer una parada en el aeropuerto de Irlanda, pero ahora que sabía que iba a
pasar aquí un día, tendría que apañármelas como pudiese.
Estaba esperando en la cola de la recogida de maletas cuando
de repente mi móvil empezó a sonar al ritmo de Runaway, de Distric3. Busqué desesperadamente en mi bolso, parecía
que no tenía fondo, hasta que por fin logré encontrarlo y descolgar.
[Conversación
telefónica]
-Hola mamá.-dije fingiendo alegría.
-Hola cielo, ¿qué tal estás? ¿Todo bien? ¿Qué tal el vuelo?
¿Londres es como esperabas?-mi madre empezó a acribillarme con preguntas,
típico de ella.
-Pues verás mamá, es que resulta que hemos tenido que
aterrizar en el aeropuerto de Irlanda. Las pistas inglesas estaban inundadas, y
vamos a tener que estar aquí un día. Pasado mañana saldremos hacia Londres.-intenté
explicárselo lo más tranquilamente que pude, no quería que se pusiese
histérica.
-¿QUÉ? ¡NO ME LO
PUEDO CREER! LA PRIMERA VEZ QUE SALES TÚ SOLA FUERA Y TE PASA ESTO.-no había
dado resultado.
-Mamá por favor, tranquilízate. Hay un hotel aquí al lado.
No pasa nada porque tenga que pasar una noche en él. Por favor, confía en
mí.-la dije suplicante.
-Está bien. Pero si pasa cualquier otra cosa, llámame. Te
quiero, cielo.
-Te quiero, mamá.
[Fin de la
conversación telefónica]
Colgué el teléfono, e iba a recoger mi maleta cuando de
pronto alguien dijo detrás de mí:
-Con que te gusta Distric3, ¿no?- la voz provenía de un
chico, de mi edad supuse.
Cogí mi maleta y me di la vuelta. La verdad es que no me
esperaba para nada la cara que vi.
-¿¡MICKY!?- no me lo podía creer. El chico que solía estar
como mi fondo de pantalla estaba ahora a un metro de mí.
-Shhh, no grites por favor.-dijo a la vez que enfatizaba la
acción llevándose el dedo a los labio.- No quiero que las fans me empiecen a
acosar.
-Ay perdón, lo siento muchísimo.-mi cara debió de quedar tan
rara, que se empezó a reír, contagiándome la risa.
Cuando terminamos de reírnos, nos presentamos y nos dirigimos
hacia el hotel que había en frente del aeropuerto. Por lo visto, él también
tenía que esperar hasta pasado mañana para volar a Londres. Allí en el hotel,
la recepcionista tomó nuestros datos y nos dio las llaves de nuestras
habitaciones. Estaban una al lado de la otra, ¿se puede tener más suerte?
Llegamos al segundo piso y ya estaba entrando por la puerta cuando Micky me
habló.
-Paula, como supongo que no conoces Irlanda, me he tomado la
libertad de ofrecerme como tu guía turístico. Así que mañana te pasaré a buscar
sobre las 10:00 de la mañana.-dijo todo esto a la vez que no dejaba de sonreír.
-Está bien, pero que conste que no te voy a dejar
propina.-le respondí a la vez que nos reíamos. Me acerqué y le di un abrazo. No
sé por qué lo hice, supongo que las ganas me mataban.-Hasta mañana, Micky.
-Que descanses bien, pequeña.-dijo a la vez que me
correspondía al abrazo.
Me separé y entré en la habitación. Ni siquiera me detuve en
observarla. Estaba tan cansada que me puse el pijama medio dormida, me tomé un
té para relajarme y puse la tele mientras que me metía en la cama. Creo que no
duré ni 10 minutos viendo aquel programa. Al instante, me quedé dormida.
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