domingo, 20 de enero de 2013

Capítulo 2.

CAPÍTULO 2.

Hola peopleeeeee. Espero que disfrutéis con este capítulo. Sé que de momento no es nada interesante y eso, pero espero que dentro de poco empiece a serlo. Comentad, plz. LOVE <3.


(Narra Brittany)

Volví a mirar por quinta vez el reloj. Eran las 8:30 de la mañana, pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño, así que decidí levantarme de la cama y ponerme una sudadera mientras que escuchaba unos ruidos procedentes de la cocina. Llegué a ella y me encontré allí con mi hermano, rebuscando entre los armarios lo que parecía ser una taza para poder desayunar. Parecía mentira que llevase viniendo aquí  diecisiete años y todavía no supiese dónde estaban las cosas. Me acerqué a un armario, lo abrí y saqué de él dos tazas, una para cada uno.
-Muchas gracias, hermanita, pero ya las podía haber encontrado yo solo.- dijo a la vez que se acercaba a la nevera y cogía una caja de leche.
-Anda, no seas mentiroso Mark, o vas a ser como Pinocho.- le respondí a la vez que le revolvía cariñosamente el pelo y nos reíamos.
Preparamos el desayuno y nos sentamos en una pequeña mesa que tenía dos sillas.
-¿Tú tampoco podías dormir?- le pregunté mientras mojaba mi bollito de chocolate en la leche caliente.
-No, tenía demasiadas cosas en la cabeza.-dijo a la vez que apartaba la mirada.
-¿Todo esto es por Abbi?-mi hermano era como un libro abierto, así que era fácil pillarle enseguida.
-Sí, no sé qué va a pasar si me la encuentro. ¿Crees que se acordará de mí?-se le notaba triste. Había estado enamorado de Abbigail, la vecina de mis abuelos, desde los quince, pero nunca habían pasado de un simple abrazo o un beso en la mejilla. Los dos se gustaban, pero parecía que ninguno estaba dispuesto a dar el primer paso.
-Mark, ¿cómo no se va a acordar de ti? Una nunca se olvida del chico del que está enamorada.-le dije intentando que sonriese, cosa que conseguí.
-Eso espero. Y a ti, -dijo a la vez que me señalaba amenazante con una magdalena- también habrá que buscarte un novio. Uno que consiga que sonrías más a menudo y que te quite esa vergüenza que llevas encima.
-Bueno, ya veremos.-le respondí dando por zanjado el tema.
Terminamos de desayunar hablando y riéndonos por cualquier tontería. Nos reíamos tan fuerte algunas veces que conseguimos que, al final, todos acabasen despertándose.

(Narra Paula)

“Bien Paula, ¿ahora qué piensas hacer?” Era obvio que no contaba con que el vuelo tuviese problemas con el tiempo, y que tuviésemos que hacer una parada en el aeropuerto de Irlanda, pero ahora que sabía que iba a pasar aquí un día, tendría que apañármelas como pudiese.
Estaba esperando en la cola de la recogida de maletas cuando de repente mi móvil empezó a sonar al ritmo de Runaway, de Distric3. Busqué desesperadamente en mi bolso, parecía que no tenía fondo, hasta que por fin logré encontrarlo y descolgar.

[Conversación telefónica]

-Hola mamá.-dije fingiendo alegría.
-Hola cielo, ¿qué tal estás? ¿Todo bien? ¿Qué tal el vuelo? ¿Londres es como esperabas?-mi madre empezó a acribillarme con preguntas, típico de ella.
-Pues verás mamá, es que resulta que hemos tenido que aterrizar en el aeropuerto de Irlanda. Las pistas inglesas estaban inundadas, y vamos a tener que estar aquí un día. Pasado mañana saldremos hacia Londres.-intenté explicárselo lo más tranquilamente que pude, no quería que se pusiese histérica.
 -¿QUÉ? ¡NO ME LO PUEDO CREER! LA PRIMERA VEZ QUE SALES TÚ SOLA FUERA Y TE PASA ESTO.-no había dado resultado.
-Mamá por favor, tranquilízate. Hay un hotel aquí al lado. No pasa nada porque tenga que pasar una noche en él. Por favor, confía en mí.-la dije suplicante.
-Está bien. Pero si pasa cualquier otra cosa, llámame. Te quiero, cielo.
-Te quiero, mamá.

[Fin de la conversación telefónica]

Colgué el teléfono, e iba a recoger mi maleta cuando de pronto alguien dijo detrás de mí:
-Con que te gusta Distric3, ¿no?- la voz provenía de un chico, de mi edad supuse.
Cogí mi maleta y me di la vuelta. La verdad es que no me esperaba para nada la cara que vi.
-¿¡MICKY!?- no me lo podía creer. El chico que solía estar como mi fondo de pantalla estaba ahora a un metro de mí.
-Shhh, no grites por favor.-dijo a la vez que enfatizaba la acción llevándose el dedo a los labio.- No quiero que las fans me empiecen a acosar.
-Ay perdón, lo siento muchísimo.-mi cara debió de quedar tan rara, que se empezó a reír, contagiándome la risa.
Cuando terminamos de reírnos, nos presentamos y nos dirigimos hacia el hotel que había en frente del aeropuerto. Por lo visto, él también tenía que esperar hasta pasado mañana para volar a Londres. Allí en el hotel, la recepcionista tomó nuestros datos y nos dio las llaves de nuestras habitaciones. Estaban una al lado de la otra, ¿se puede tener más suerte? Llegamos al segundo piso y ya estaba entrando por la puerta cuando Micky me habló.
-Paula, como supongo que no conoces Irlanda, me he tomado la libertad de ofrecerme como tu guía turístico. Así que mañana te pasaré a buscar sobre las 10:00 de la mañana.-dijo todo esto a la vez que no dejaba de sonreír.
-Está bien, pero que conste que no te voy a dejar propina.-le respondí a la vez que nos reíamos. Me acerqué y le di un abrazo. No sé por qué lo hice, supongo que las ganas me mataban.-Hasta mañana, Micky.
-Que descanses bien, pequeña.-dijo a la vez que me correspondía al abrazo.
Me separé y entré en la habitación. Ni siquiera me detuve en observarla. Estaba tan cansada que me puse el pijama medio dormida, me tomé un té para relajarme y puse la tele mientras que me metía en la cama. Creo que no duré ni 10 minutos viendo aquel programa. Al instante, me quedé dormida.

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