domingo, 27 de enero de 2013

Capítulo 3.

CAPÍTULO 3.

Hola preciosidades <3 Aquí os dejo el capítulo 3. Creo que ya se está poniendo un poco más interesante, pero bueno, nunca se sabe jajaja. Espero que lo disfrutéis (y que comentéis qué os parece, plz). Mi twitter es @ourlastkiss_, y si hay algún lector que quiera que le avise, que me lo diga. Un besote, amores.


(Narra Paula)

Debían de ser las nueve y media de la mañana cuando noté como alguien me zarandeaba dulcemente. Yo todavía seguía dormida, soñando cosas bonitas, y no tenía intención de pararlas, así que inmediatamente me di la vuelta quedando boca abajo sobre la cama.
-No me puedo creer que duermas tanto.-dijo para sí aquella persona, a la que respondí soltando un leve gruñido. Después oí como se alejaba, por fin me dejaba en paz.
Estaba volviendo a conciliar el sueño cuando noté como un cubo de agua helada caía sobre mi cuerpo, mojándome toda la espalda y cuello.
-¿¡PERO TÚ ESTÁS LOCO O QUÉ!?- dije a la vez que me incorporaba y miraba al causante de aquella desgracia, que ahora mismo estaba revolcándose en el suelo de la risa.
-Deberías haberte visto la cara.-consiguió decir Micky cuando parecía que por fin empezaba a calmarse un poco.
-Es que ¿qué cara querías que pusiese cuándo estás tan dormida y de repente te tiran un litro de agua congelada por la mañana?-le respondí un poco molesta por su “broma”.- ¿Y CÓMO HAS ENTRADO?
-Eso te pasa por no estar lista a la hora que te dije, ni siquiera despierta. Pues resulta que hay una escalera de incendios que comunica tu habitación con la mía.-siguió hablando todavía con unos toques de risa en su voz.-Oh, venga. No te enfades, por favor.-dijo al ver mi gesto de enfado.- ¿Me perdonas?
Empezó a acercarse a mí con los brazos extendidos en señal de que iba a darme un abrazo, cuando, sin que se lo esperase, hice que mi almohada rebotase sobre su cara. Ahora la que me reía era yo al ver su cara de sorpresa.
-Con que esas tenemos, ¿eh?-me dijo a la vez que una gran sonrisa se extendía sobre su rostro y cogía otra almohada dispuesto a devolverme el golpe.

(Narra Louis)

Las firmas de discos me encantaban. En ellas podía conocer a cientos de directioners o fans, cada una especial a su manera, que me regalaban sonrisas y motivos para seguir cantando. Ahora mismo estábamos los cinco en Londres, terminando una de ellas. Quedaban poquitas personas ya en la cola, pocos discos que firmar, cuando de repente, se acercó a mí una chica alta, delgada y castaña, que me miraba con unos preciosos ojos verdes en los que se reflejaban una alegría enorme. En una mano me tendía nuestro último disco. Se la notaba demasiado nerviosa, parecía a punto de llorar.
-Hola.-la dije mientras que intentaba borrar de mi cara esa sonrisa de tonto que se acababa de formar en mi cara y la cogía el disco.- ¿A quién quieres que se lo dediquemos?-seguí hablando mientras ella pareció dudar un momento hasta que respondió.
-A mi hermana Beth, por favor.-tenía una voz preciosa, que me dejó embobado unos segundos hasta que Zayn que estaba a mi lado, me dio un leve codazo. Se lo firmé y se lo pasé a Niall, que ya estaba esperando con el rotulador un la mano.
La chica esperó a que todos se lo hubiesen firmado, pero después de esto siguió ahí plantada delante de nosotros.
-Yo… em… ¿me podría echar una foto con vosotros? Si no os importa, claro.-dijo con una voz que claramente delataba timidez.
-Por supuesto, preciosa.-respondió Liam a la vez que se incorporaba y nos invitaba a seguirle.
Me levanté y rodeé la mesa, pasando mi brazo por detrás de su espalda, al igual que Harry, esperando a que nos echasen la foto. No podía parar de sonreír, tanto ella como yo. ¿Qué me estaba  pasando?

(Narra Niall)

La chica nos dio las gracias como unas cinco veces y se marchó. Detrás de ella ya sólo quedaban tres personas. Tras terminar la firma de discos, nos dirigimos a la parte trasera del centro comercial donde nos estaba esperando un coche. Estábamos dándoles las gracias a los directores de la firma cuando de pronto oí unos sollozos a mi espalda. Me giré y vi a una chica acurrucada contra la pared. Debía de tener más o menos nuestra edad, y se la veía completamente rota.
-Disculpadme un momento.-dije a la vez que me dirigía hacia aquella chica. Llegué a su lado y me arrodillé, quedando a su altura.- Oye, ¿estás bien?
La chica levantó la mira y, sorprendida, se llevó las manos a la cara intentado limpiarse las lágrimas. Entonces la reconocí. Era una de las chicas que había estado antes en la firma. Pero antes estaba muy contenta y emocionada, ¿qué la habría pasado?
-Eh, sí, tranquilo, estoy bien.-se la notaba nerviosa. Cogió su bolso y empezó a rebuscar en él.-Mierda.-susurró para ella misma.
Introduje mi mano en mi bolsillo y saqué un clínex. Siempre solía llevar uno, para alguna emergencia, y esta parecía una de ellas. Se lo tendí y ella lo cogió tímidamente, susurrando un ‘gracias’ mientras se limpiaba los restos de maquillaje que habían sido destrozados por las lágrimas.
-Pues para serte sincero no tienes mucha pinta de estar bien. Puedes contarme lo que te ha pasado si quieres.-la dije con total naturalidad, al fin y al cabo, seguía siendo un simple chico.
-Seguro que no te interesará saber mis tonterías. No quisiese que perdieses el tiempo por mi culpa, de verdad. Lo siento mucho.-me respondió todavía entre sollozos.
-Eh, si estás triste por ello, no creo que sea una tontería.-dije a la vez que me sentaba en el suelo a su lado y la dedicaba una sonrisa a lo Horan.-Además, no pienso moverme de aquí hasta que no me lo cuentes.-este comentario la provocó una sonrisa.
-Está bien, pero que conste que tú lo has querido.
Me contó lo que la había pasado. Nada más salir de la firma, había descubierto a su novio besándose con otra. Eso la había destruido por completo, así que se acercó a ellos y, antes de romper oficialmente con su novio, le había propinado un buen tortazo. Después había se había ido corriendo y bueno, allí era donde la había encontrado yo.
Nos quedamos así charlando un rato hasta que Paul nos avisó de que ya nos íbamos, y la madre de la chica pasó a recogerla en coche. Me despedí de ella con un gran abrazo. El novio debía de ser un completo imbécil por haber dejado escapar a una chica así.
En todo el trayecto en coche no pude parar de pensar en ella. Me sentía bien por haber conseguido que volviera a sonreír.


domingo, 20 de enero de 2013

Capítulo 2.

CAPÍTULO 2.

Hola peopleeeeee. Espero que disfrutéis con este capítulo. Sé que de momento no es nada interesante y eso, pero espero que dentro de poco empiece a serlo. Comentad, plz. LOVE <3.


(Narra Brittany)

Volví a mirar por quinta vez el reloj. Eran las 8:30 de la mañana, pero sabía que no podría volver a conciliar el sueño, así que decidí levantarme de la cama y ponerme una sudadera mientras que escuchaba unos ruidos procedentes de la cocina. Llegué a ella y me encontré allí con mi hermano, rebuscando entre los armarios lo que parecía ser una taza para poder desayunar. Parecía mentira que llevase viniendo aquí  diecisiete años y todavía no supiese dónde estaban las cosas. Me acerqué a un armario, lo abrí y saqué de él dos tazas, una para cada uno.
-Muchas gracias, hermanita, pero ya las podía haber encontrado yo solo.- dijo a la vez que se acercaba a la nevera y cogía una caja de leche.
-Anda, no seas mentiroso Mark, o vas a ser como Pinocho.- le respondí a la vez que le revolvía cariñosamente el pelo y nos reíamos.
Preparamos el desayuno y nos sentamos en una pequeña mesa que tenía dos sillas.
-¿Tú tampoco podías dormir?- le pregunté mientras mojaba mi bollito de chocolate en la leche caliente.
-No, tenía demasiadas cosas en la cabeza.-dijo a la vez que apartaba la mirada.
-¿Todo esto es por Abbi?-mi hermano era como un libro abierto, así que era fácil pillarle enseguida.
-Sí, no sé qué va a pasar si me la encuentro. ¿Crees que se acordará de mí?-se le notaba triste. Había estado enamorado de Abbigail, la vecina de mis abuelos, desde los quince, pero nunca habían pasado de un simple abrazo o un beso en la mejilla. Los dos se gustaban, pero parecía que ninguno estaba dispuesto a dar el primer paso.
-Mark, ¿cómo no se va a acordar de ti? Una nunca se olvida del chico del que está enamorada.-le dije intentando que sonriese, cosa que conseguí.
-Eso espero. Y a ti, -dijo a la vez que me señalaba amenazante con una magdalena- también habrá que buscarte un novio. Uno que consiga que sonrías más a menudo y que te quite esa vergüenza que llevas encima.
-Bueno, ya veremos.-le respondí dando por zanjado el tema.
Terminamos de desayunar hablando y riéndonos por cualquier tontería. Nos reíamos tan fuerte algunas veces que conseguimos que, al final, todos acabasen despertándose.

(Narra Paula)

“Bien Paula, ¿ahora qué piensas hacer?” Era obvio que no contaba con que el vuelo tuviese problemas con el tiempo, y que tuviésemos que hacer una parada en el aeropuerto de Irlanda, pero ahora que sabía que iba a pasar aquí un día, tendría que apañármelas como pudiese.
Estaba esperando en la cola de la recogida de maletas cuando de repente mi móvil empezó a sonar al ritmo de Runaway, de Distric3. Busqué desesperadamente en mi bolso, parecía que no tenía fondo, hasta que por fin logré encontrarlo y descolgar.

[Conversación telefónica]

-Hola mamá.-dije fingiendo alegría.
-Hola cielo, ¿qué tal estás? ¿Todo bien? ¿Qué tal el vuelo? ¿Londres es como esperabas?-mi madre empezó a acribillarme con preguntas, típico de ella.
-Pues verás mamá, es que resulta que hemos tenido que aterrizar en el aeropuerto de Irlanda. Las pistas inglesas estaban inundadas, y vamos a tener que estar aquí un día. Pasado mañana saldremos hacia Londres.-intenté explicárselo lo más tranquilamente que pude, no quería que se pusiese histérica.
 -¿QUÉ? ¡NO ME LO PUEDO CREER! LA PRIMERA VEZ QUE SALES TÚ SOLA FUERA Y TE PASA ESTO.-no había dado resultado.
-Mamá por favor, tranquilízate. Hay un hotel aquí al lado. No pasa nada porque tenga que pasar una noche en él. Por favor, confía en mí.-la dije suplicante.
-Está bien. Pero si pasa cualquier otra cosa, llámame. Te quiero, cielo.
-Te quiero, mamá.

[Fin de la conversación telefónica]

Colgué el teléfono, e iba a recoger mi maleta cuando de pronto alguien dijo detrás de mí:
-Con que te gusta Distric3, ¿no?- la voz provenía de un chico, de mi edad supuse.
Cogí mi maleta y me di la vuelta. La verdad es que no me esperaba para nada la cara que vi.
-¿¡MICKY!?- no me lo podía creer. El chico que solía estar como mi fondo de pantalla estaba ahora a un metro de mí.
-Shhh, no grites por favor.-dijo a la vez que enfatizaba la acción llevándose el dedo a los labio.- No quiero que las fans me empiecen a acosar.
-Ay perdón, lo siento muchísimo.-mi cara debió de quedar tan rara, que se empezó a reír, contagiándome la risa.
Cuando terminamos de reírnos, nos presentamos y nos dirigimos hacia el hotel que había en frente del aeropuerto. Por lo visto, él también tenía que esperar hasta pasado mañana para volar a Londres. Allí en el hotel, la recepcionista tomó nuestros datos y nos dio las llaves de nuestras habitaciones. Estaban una al lado de la otra, ¿se puede tener más suerte? Llegamos al segundo piso y ya estaba entrando por la puerta cuando Micky me habló.
-Paula, como supongo que no conoces Irlanda, me he tomado la libertad de ofrecerme como tu guía turístico. Así que mañana te pasaré a buscar sobre las 10:00 de la mañana.-dijo todo esto a la vez que no dejaba de sonreír.
-Está bien, pero que conste que no te voy a dejar propina.-le respondí a la vez que nos reíamos. Me acerqué y le di un abrazo. No sé por qué lo hice, supongo que las ganas me mataban.-Hasta mañana, Micky.
-Que descanses bien, pequeña.-dijo a la vez que me correspondía al abrazo.
Me separé y entré en la habitación. Ni siquiera me detuve en observarla. Estaba tan cansada que me puse el pijama medio dormida, me tomé un té para relajarme y puse la tele mientras que me metía en la cama. Creo que no duré ni 10 minutos viendo aquel programa. Al instante, me quedé dormida.

sábado, 19 de enero de 2013

Capítulo 1.

CAPÍTULO 1.

Hola cieeeeeelos. Este es el primer capítulo. Aburrido, lo sé, pero es como una pequeña introducción a la fic. Espero que disfrutéis. LOVE <3.





(Narra Brittany)

El frío londinense chocó contra mi cara nada más bajar del avión. Hacía un día nublado, propio de esperar de una ciudad caracterizada por ello. No sería de extrañar que de un momento a otro se pusiese a llover o a nevar, ya que estamos en diciembre. Coloqué mi bufanda alrededor de mi cuello, y me encaminé hacia la recogida de maletas. El viaje no había sido muy largo, aunque bueno, ya estoy más que acostumbrada a él. Supongo que si llevas haciendo lo mismo dos veces al año durante dieciocho años, el vuelo te resulta casi familiar. Ahora os preguntaréis el por qué de tantos viajes, y la verdad es que la respuesta es muy fácil: mi padre es británico, así que las vacaciones de verano y navidad solemos pasarlas aquí con mis abuelos y tíos. La verdad es que no me podía quejar, adoraba Londres. Aquí había nacido, y me sentía como en casa.

(Narra Carla)

-Brittany, como no muevas tu culo ya, papá y mamá se van a ir sin nosotros.- le dije a mi hermana mientras que la empujaba de la cintura.
-Pues sí, y yo paso de quedarme a vivir aquí.- respondió mi hermano apoyándome.
Mis dos hermanos y yo nos dirigimos hacia el taxi en el cual mis padres estaban intentando meter las cinco maletas. Una tarea difícil, pero al final lo consiguieron. Nos montamos todos en él y emprendimos el camino a casa de mis abuelos. Vivían en las afueras de Londres, en un pequeño pueblo a quince minutos de la capital. Todavía me acuerdo de la primera vez que vine aquí. Todo me pareció tan gris, con un cielo que siempre insinuaba lluvia. Pero al final acabé cogiéndole cariño, al fin y al cabo, es una parte de mí.
Respecto a nosotros, somos una familia numerosa. Brittany es la mayor, aunque solo lo sea por un año, y después estamos Mark y yo, que somos mellizos. Solemos discutir muy a menudo, y la mayoría de veces suele ser por tonterías, pero nos queremos mucho y se nos hace duro pasar mucho tiempo separados.
Al cabo de cuarenta y cinco minutos, llegamos a casa de mis abuelos. Nos estaban esperando en la puerta con una sonrisa bien grande extendida en el rostro. Los había echado mucho de menos.

(Narra Paula)

-Por favor, abróchense los cinturones.- repitió por tercera vez una azafata de mediana edad situada en medio del pasillo del avión, para que todo el mundo pudiese oírla.
Hice lo que pidió y me acomodé en el asiento. Miré por la ventanilla cómo Madrid se iba haciendo cada vez más pequeño, cómo dejaba atrás a mi familia y me sumergía en aquella aventura. Yo y Londres. Sólo nosotros. Iba a aprovechar estos dos meses tanto como pudiese, no iba a malgastar mi oportunidad.

Presentación.

Hola, preciosidades <3 ¿Qué tal estáis? Espero que muy bien (: Hace vario tiempo que llevo queriendo escribir una fanfic, pero nunca me atrevía a subirla por miedo a ser rechazada. Espero recibir por lo menos algún comentario, aunque sea malo, acepto críticas constructivas jajaja. Espero que disfrutéis leyendo. Me he creado un nuevo twitter: @ourlastkisss_ y si alguien quiere que le avise por twitter, no tiene más que decírmelo.


LOVELOVELOVE, DREAMCATCHER.